2009/07/12

KOKUA El Diablo De La Botella 1893


KOKUA
" Ni siquiera tenía ánimo para aprovechar el tiempo que le quedaba. Se quedó sola en la casa; colocó la botella frente a ella y la contempló con un miedo indescriptible; después con odio, y la escondio para no verla ". Ilustracion del Libro El diablo de la botella. Robert Louis Stevenson.

El diablo de la botella (título original en inglés: The Bottle Imp) es un cuento del escritor escocés Robert Louis Stevenson publicado por primera vez en 1893.

El protagonista, es oriundo de Hawái. Un día siente la necesidad de conocer otras tierras, así que se dirige a San Francisco. Allí ve una casa preciosa, pero el dueño es un viejo que parece triste. Keawe se pregunta cómo el dueño de una casa tan hermosa puede ser tan infeliz. Entonces el viejo le muestra una botella de vidrio blanco, pero que en su interior se podían ver los colores cambiantes del arco iris. El anciano le dice que en el interior de la botella habita un demonio, y que ese demonio le concedería cualquier deseo, excepto alargarle la vida. Pero tener la botella tenía sus consecuencias: si el dueño de la botella moría sin venderla sería llevado al Infierno. Además para vender la botella había unos requisitos: tenía que venderla a un valor menor del que la había comprado, el valor sólo podía ser pagado en monedas y tenía que ser con el libre consentimiento del comprador. Al adquirir la botella, Keawe desea ser el dueño de una gran mansión en Hawaii. Su deseo le es concedido, pero a un costo: Su tío y su primo mueren en un accidente, lo cual lo deja como el heredero de una gran fortuna, que utiliza para construir su casa soñada. Keawe decide venderle la botella a un amigo y contentarse con su gran mansión, a la cual llama "La Casa Luminosa". Keawe conoce a una bella mujer con quien desea casarse, pero pronto descubre que, en sus viajes, se ha contagiado de lepra (la maldición china). Enfrentando la posibilidad de renunciar a su amada y a su mansión para vivir en una colonia de leprosos, Keawe busca comprar de vuelta la botella. Pero hay un problema: Luego de haber pasado de mano en mano en numerosas ocasiones, la botella ahora sólo vale un centavo. Comprendiendo que no podrá volver a deshacerse de ella, Keawe la compra, decidido a que CON UN mujer ASI bien vale condenarse al infierno. La mujer de Keawe nota su angustia y descubre su secreto. Ella le propone una posible solución: Ambos viajarán a Tahiti, en donde cuatro céntimos son un poco menos que un centavo. Los supersticiosos habitantes de Tahiti, sin embargo, se rehúsan a comprar la botella. La mujer de Keawe, entonces, decide sacrificarse: convence a un viejo marinero de comprarle a botella a Keawe en cuatro céntimos, y a su vez ella, en secreto, la adquirirá en tres. Keawe se llena de júbilo al deshacerse de la botella endemoniada, pero pronto descubre el truco de su mujer. Decide replicar la estrategia, con un detalle: Se convertirá en el dueño final y definitivo de la botella, ya que no existe menor denominación que el céntimo tahitiense por el cual comprará la botella. Sin embargo, el marinero a quien insta a participar en el truco se niega a venderle la botella una vez que descubre sus maravillas. Después de todo, dice el marino, con la vida que ha llevado sin duda iría al infierno de todas maneras. Liberados de la maldición, Keawe y su esposa regresan a vivir a la Casa Luminosa felices para siempre.
Fuente: Wikipedia

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2 comentarios:

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  2. El diablo de la botella es un cuento del escritor escocés Robert Louis Stevenson publicado por primera vez en 1893.

    Trama.

    El protagonista, es oriundo de Hawái. Un día siente la necesidad de conocer otras tierras, así que se dirige a San Francisco. Allí ve una casa preciosa, pero el dueño es un viejo que parece triste. Keawe se pregunta cómo el dueño de una casa tan hermosa puede ser tan infeliz. Entonces el viejo le muestra una botella de vidrio blanco, pero que en su interior se podían ver los colores cambiantes del arco iris. El anciano le dice que en el interior de la botella habita un demonio, y que ese demonio le concedería cualquier deseo, excepto alargarle la vida. Pero tener la botella tenía sus consecuencias: si el dueño de la botella moría sin venderla sería llevado al Infierno. Además para vender la botella había unos requisitos: tenía que venderla a un valor menor del que la había comprado, el valor sólo podía ser pagado en monedas y tenía que ser con el libre consentimiento del comprador. Al adquirir la botella, Keawe desea ser el dueño de una gran mansión en Hawaii. Su deseo le es concedido, pero a un costo: Su tío y su primo mueren en un accidente, lo cual lo deja como el heredero de una gran fortuna, que utiliza para construir su casa soñada. Keawe decide venderle la botella a un amigo y contentarse con su gran mansión, a la cual llama "La Casa Luminosa". Keawe conoce a una bella mujer con quien desea casarse, pero pronto descubre que, en sus viajes, se ha contagiado de lepra (la maldición china). Enfrentando la posibilidad de renunciar a su amada y a su mansión para vivir en una colonia de leprosos, Keawe busca comprar de vuelta la botella. Pero hay un problema: Luego de haber pasado de mano en mano en numerosas ocasiones, la botella ahora sólo vale un centavo. Comprendiendo que no podrá volver a deshacerse de ella, Keawe la compra, decidido a que su mujer bien vale condenarse al infierno. La mujer de Keawe nota su angustia y descubre su secreto. Ella le propone una posible solución: Ambos viajarán a Tahiti, en donde cuatro céntimos son un poco menos que un centavo. Los supersticiosos habitantes de Tahiti, sin embargo, se rehúsan a comprar la botella. La mujer de Keawe, entonces, decide sacrificarse: convence a un viejo marinero de comprarle a botella a Keawe en cuatro céntimos, y a su vez ella, en secreto, la adquirirá en tres. Keawe se llena de júbilo al deshacerse de la botella endemoniada, pero pronto descubre el truco de su mujer. Decide replicar la estrategia, con un detalle: Se convertirá en el dueño final y definitivo de la botella, ya que no existe menor denominación que el céntimo tahitiense por el cual comprará la botella. Sin embargo, el marinero a quien insta a participar en el truco se niega a venderle la botella una vez que descubre sus maravillas. Después de todo, dice el marino, con la vida que ha llevado sin duda iría al infierno de todas maneras. Liberados de la maldición, Keawe y su esposa regresan a vivir a la Casa Luminosa.

    Fuente: Wikipedia.

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